Si alguna vez ha sucumbido a una corazonada, sabrá perfectamente que los corredores de apuestas y los casinos manipulan las probabilidades para ponerlas en su contra. El ejemplo más claro es la ruleta, donde hay 36 números rojos y negros y dos números verdes, uno para el 0 y otro para el 00. Así que hay 38 posibilidades en total. Al apostar al rojo o al negro, las probabilidades de elegir correctamente son 18/38, por lo que una recompensa razonable para una apuesta de un euro sería de 2,111 euros. Sin embargo, la banca sólo paga dos euros y se queda la diferencia. De esa manera, se garantiza un beneficio.
Un sesgo similar ocurre en las cuotas que ofrecen los corredores de apuestas en las carreras de caballos, fútbol y cualquier otro evento deportivo. Los corredores de apuestas siempre se aseguran de que las probabilidades estén a su favor. Pero establecer estas probabilidades es más difícil que las de la ruleta porque los cálculos son más complicados.
Y eso plantea una tentadora posibilidad. ¿Sería posible encontrar una mejor manera de calcular las probabilidades y así vencer a los corredores de apuestas?
Foto: Retorno obtenido por la estrategia de los investigadores frente a los que se habrían obtenido al azar.
Hoy tenemos una respuesta gracias al trabajo del investigador de la Universidad de Tokio (Japón) Lisandro Kaunitz y algunos colegas. El equipo ha descubierto una forma para ganar dinero de forma regular en el mercado de apuestas en línea para el fútbol.
Pero su trabajo viene con una seria advertencia. Los investigadores dicen que, en cuanto los corredores de apuestas se dieron cuenta de su éxito, les impidieron seguir apostando.
Los jugadores siempre han flirteado con estratagemas para vencer las probabilidades, pero rara vez con éxito. Esto pasa porque las casas de apuestas trabajan duro para calcular las probabilidades exactas. Por lo general, emplean equipos de estadísticos para estudiar los datos históricos de un deporte como el fútbol y luego desarrollar modelos sofisticados para determinar las probabilidades apropiadas para cada partido.
El equipo explica que, según sus datos, nadie ha sido capaz de vencer a este sistema mediante el desarrollo de modelos estadísticos superiores. Pero a pesar de su sofisticado enfoque, hay un punto débil en la metodología de los corredores de apuestas relacionada con cómo cubren sus apuestas para protegerse contra la posibilidad de grandes recompensas.
Por ejemplo, cuando dos equipos juegan un partido de fútbol, los corredores de apuestas establecen las probabilidades de que cada equipo gane, pierda o empate. A veces, un gran número de personas puede apostar a un resultado en particular por razones que no están relacionadas con las probabilidades: ese equipo podría ser más popular de lo esperado, por ejemplo. En ese caso, la casa de apuestas está expuesta a tener que afrontar un gran pago si se produce ese resultado.
Para minimizar ese riesgo, los corredores de apuestas pueden cubrir sus apuestas ofreciendo cuotas más favorables sobre el resultado opuesto. De esta forma atraen apuestas que cubren al menos algunas de las posibles pérdidas.
Kaunitz y coautores afirman que este proceso también crea una oportunidad para cualquiera que pueda detectarlo. El truco que han perfeccionado los investigadores consiste en idear un método que detecta cuando las probabilidades favorecen al apostante en lugar de al corredor de apuestas.
Su método es sencillo. Comienzan asumiendo que las casas de apuestas en sí mismas son buenas estableciendo las probabilidades y que los premios que ofrecen son un reflejo preciso de las probabilidades reales de ganar, empatar o perder, más su propio margen.
En ese caso, una buena medida de estas probabilidades es un promedio simple de las probabilidades ofrecidas por todas las casas de apuestas, una especie de sabiduría de la multitud. Esto da las probabilidades promedio, las cuales son un reflejo notablemente preciso de las probabilidades reales, según los investigadores.
Luego, es fácil analizar todas las probabilidades que se ofrecen y encontrar los valores atípicos. Después, Kaunitz y sus colegas calculan cuán favorables son las probabilidades atípicas. Si son lo suficientemente buenas, entonces la apuesta debería dar sus frutos, al menos a la larga.
Y eso es exactamente lo que han hecho. Crearon un rastreador web que reunió las probabilidades ofrecidas por las compañías de apuestas en línea en los partidos de fútbol de todo el mundo. Calcularon las probabilidades promedio, encontraron cualquier valor atípico, y luego calcularon si una apuesta les favorecería o no.
Antes de apostar dinero real, los investigadores probaron la idea sobre un histórico de 10 años de datos sobre las probabilidades al cierre y los resultados de 479.440 partidos de fútbol jugados entre 2005 y 2015. Esta simulación generó pagos el 44% de las veces y arrojó un rendimiento del 3,5% durante el período de 10 años. “Para una cantidad imaginaria de 50 euros por apuesta, las ganancias generadas serían de 98.865 euros en un total de 56.435 apuestas”, dicen.
Una pregunta importante es si este resultado podría haber sido pura casualidad. ¿Podrían simplemente haber tenido suerte? Entonces el equipo comparó sus resultados con 2.000 simulaciones en las que colocaron apuestas al azar en los mismos partidos. En ese caso, las apuestas generaron beneficios el 39% de las veces con un retorno del -3.2%, lo que equivale a una pérdida de 93.000 euros. Eso permitió al equipo calcular la probabilidad de que su primer resultado fuera un golpe de suerte. La investigación detalla: “La probabilidad de obtener un rendimiento mayor o igual a 98.865 dólares euros en 56.435 apuestas utilizando una estrategia de apuesta aleatoria es menos de una entre 1.000 millones”.
Así que Kaunitz y sus colegas empezaron a confiar en que su método funcionaría en el mundo real, pero había un problema. Normalmente los apostantes no siempre pueden apostar por las probabilidades al cierre, las cuales pueden variar significativamente durante el período previo a un partido. Así que el equipo decidió crear una simulación de esta situación. El artículo describe: “Decidimos realizar una simulación más realista en la que colocamos las apuestas en cuotas disponibles de una a cinco horas antes del comienzo de cada partido”.
La forma en que las probabilidades varían en el período previo a los partidos no está disponible públicamente, por lo que el equipo creó un bot que recopiló estas probabilidades de los sitios web de apuestas de todo el mundo desde septiembre de 2015 hasta finales de febrero de 2016. Luego probaron su enfoque sobre el conjunto de esta información.
Los resultados fueron aún mejores. Sus apuestas generaron pagos el 47,6% de las veces con un rendimiento del 9,9%. El equipo celebra: “Si cada apuesta realizada fuera de 50 euros, nuestra estrategia habría generado 34.932 euros en ganancias en un total de 6.994 apuestas”.
Curiosamente, una estrategia de apuestas aleatorias con los mismos datos arrojó un rendimiento del 0,2% y una ganancia de 825 euros. Esto podría ser el resultado de la intensa competencia entre las compañías de apuestas en línea, que a veces ofrecen probabilidades más favorables para atraer a los apostantes en una política amable de líder de pérdidas.
A continuación, el equipo probó el enfoque utilizando una estrategia conocida como “comercio sobre papel”, en la que realizaron apuestas ficticias utilizando datos en tiempo real en lugar de datos históricos. Esto es importante porque les permite verificar si las probabilidades cotizadas con una casa de apuestas en línea están realmente disponibles.
Y lo que descubrieron fue que estas probabilidades cambiaron el 30% de las veces cuando intentaron verificar en línea. En esos casos, descartaron la apuesta. Pero aún así, la estrategia seguía siendo rentable. Después de tres meses de operaciones en papel, sus apuestas obtuvieron una ganancia del 5,5%, con un ingresos de 1.128,50 euros para en 407 apuestas de 50 euros. “En este momento decidimos hacer apuestas con dinero real”, cuentan Kaunitz y compañía.
Así que repitieron su enfoque durante cinco meses, utilizando el mismo procedimiento, solo que un operador humano haría una apuesta real online de 50 euros después de verificar las probabilidades. Durante ese período, sus apuestas recibieron pagos el 47,2% de las veces y obtuvieron una ganancia de 957,50 euros en 265 apuestas. Eso es un impresionante rendimiento del 8,5%.
Los lectores avispados habrán notado que el número de apuestas que realizaron fue significativamente menor que durante el período de apuestas sobre el papel. Los investigadores explican: “La razón es que no disponíamos de un operador específico que apostara a todas las oportunidades disponibles las 24 horas del día y, como resultado, nos perdimos muchas de las apuestas que aparecieron”. Pero el menor número de apuestas no importó. En su opinión, su “actividad de apuestas sobre el papel y real confirma la rentabilidad de la estrategia”.
Es un enfoque inteligente con un resultado fascinante. Kaunitz y colegas han encontrado un talón de Aquiles en la industria de las apuestas y lo han explotado en su propio beneficio.
Pero su historia viene con una punzada. El equipo cuenta: “Aunque jugamos de acuerdo a las reglas de la industria de las apuestas deportivas, unos meses después de que empezáramos a apostar con dinero real, los corredores de apuestas empezaron a limitar nuestras cuentas drásticamente“. A menudo, estos intermediarios limitaban las cantidades que podían apostar o sugerían una “inspección manual” de la apuesta antes de aceptarla. En esas circunstancias, el equipo no pudo hacer sus apuestas.
Si los corredores eligieran al azar las apuestas a comprobar, no deberían haber tenido ningún efecto sobre la rentabilidad de la estrategia. Pero Kaunitz y coautores afirman que esto era poco probable y que las acciones de los corredores de apuestas les afectaron seriamente. El equipo asevera: “Bajo estas circunstancias, no pudimos continuar con nuestra estrategia de apuestas“.
El equipo está claramente descontento: “La industria de las apuestas deportivas tiene la libertad de publicitar y ofrecer cuotas a sus clientes, pero se espera que esos clientes pierdan y, si tienen éxito, se les puede impedir que hagan apuestas“.
El equipo señala que este tipo de práctica podría ser ilegal. “Hacer publicidad de productos o servicios con la intención de no venderlos según lo anunciado, o publicitar bienes o servicios sin la intención de satisfacer una demanda razonablemente esperable pero con la intención de atraer al cliente a comprar otro producto (una práctica a menudo llamada publicidad de ‘cebo’ o ‘cebo y recambio’), se considera publicidad falsa y conlleva sanciones monetarias en el Reino Unido, Australia y los Estados Unidos de América”, denuncian los investigadores.
Por eso, piden a los gobiernos que regulen adecuadamente la industria del juego y que impidan este tipo de prácticas en el futuro. No está claro si esto funcionará. Pero sus resultados son interesantes.
Ref: arxiv.org/abs/1710.02824: Beating the Bookies with Their Own Numbers—And How the Online Sports Betting Market Is Rigged
Fuente: MIT Technology Review